A medida que envejecemos, la salud ósea puede convertirse en un problema importante, sobre todo para las mujeres posmenopáusicas y las personas mayores. La osteoporosis, una enfermedad caracterizada por la reducción de la densidad mineral ósea y el deterioro de la microarquitectura ósea, es el resultado de un desequilibrio entre la resorción y la formación de hueso. Este proceso provoca un aumento de la fragilidad ósea y un alto riesgo de fracturas, sobre todo de cadera, muñeca y columna vertebral.
Además de las carencias de calcio, magnesio o vitamina D, nutrientes esenciales para la mineralización ósea, varios factores influyen en la fisiopatología de la osteoporosis. En las mujeres posmenopáusicas, la caída de los estrógenos desempeña un papel central, ya que estas hormonas regulan normalmente la actividad de los osteoclastos (células responsables de la resorción ósea). En ausencia de estrógenos, la actividad de los osteoclastos se vuelve excesiva, lo que provoca una pérdida ósea acelerada.
Un estilo de vida sedentario, combinado con bajos niveles de actividad física, agrava este fenómeno. La actividad física, en particular el ejercicio con carga, como caminar o hacer pesas, estimula los osteoblastos (las células responsables de la formación ósea) y favorece la densidad ósea. Un estilo de vida inactivo, por el contrario, reduce esta estimulación, dejando los huesos vulnerables.
El entorno nutricional y tóxico también desempeña un papel crucial. Una dieta desequilibrada, pobre en nutrientes esenciales y rica en sustancias acidificantes (como la sal o los alimentos procesados), puede alterar el equilibrio del calcio aumentando la pérdida urinaria de calcio. Además, la exposición crónica a toxinas, como el alcohol, el tabaco o ciertos contaminantes, puede interferir en el metabolismo óseo al aumentar el estrés oxidativo e inhibir la función de los osteoblastos.
Ciertas patologías crónicas empeoran aún más la situación. Los trastornos endocrinos, como el hipertiroidismo o el síndrome de Cushing, aumentan la resorción ósea a través de mecanismos hormonales. Las enfermedades gastrointestinales, como la celiaquía o los síndromes de mala absorción, perturban la absorción de nutrientes esenciales para mantener la salud ósea.
¿Por qué elegir PHYSIOMANCE® Osteo Gold?
PHYSIOMANCE® Osteo Goldse distingue por una formulación sinérgica que combina 5 ingredientes activos rigurosamente seleccionados por su eficacia, presentes en formas altamente biodisponibles, asegurando una absorción óptima y una tolerancia ideal.
PHYSIOMANCE® Osteo Gold es una opción completa e innovadora para mantener la densidad ósea y apoyar la estructura del tejido óseo.
PHYSIOMANCE® Osteo Gold reúne avances científicos e ingredientes activos cuidadosamente seleccionados para optimizar la salud ósea:
- - Calcissentiel® es un complejo exclusivo que combina glicerofosfato, lactato y citrato de calcio. Ha sido diseñado para optimizar la absorción y garantizar una eficacia óptima. De hecho, hemos combinado las 3 mejores formas de calcio en una proporción óptima para brindarle la mejor efectividad de suplementación.
- - El magnesio en forma de citrato destaca por su excepcional capacidad de asimilación y su acción sobre el equilibrio ácido-base. Este mineral juega un papel central en la mineralización ósea, apoyando las funciones enzimáticas esenciales para la síntesis de la matriz ósea. Los recientes avances científicos han puesto de relieve su importancia para prevenir deficiencias vinculadas a las fracturas.
- - Las vitaminas D3 y K2, de fuentes naturales, trabajan en perfecta sinergia. La vitamina D3 facilita la absorción intestinal del calcio, mientras que la vitamina K2, en su forma menaquinona-7, asegura su transporte a los huesos evitando su acumulación arterial no deseada. Estos mecanismos coordinados fortalecen la salud ósea y cardiovascular.
- - Por último, Lactobacillus reuteri LR92, una cepa probiótica ampliamente referenciada, juega un papel clave en el equilibrio de la microbiota intestinal. Al mejorar la absorción de nutrientes como el calcio y el magnesio, y reducir la inflamación sistémica, Lactobacillus reuteri LR92 contribuye indirectamente, pero significativamente a la preservación de la salud ósea.
¿Qué dice la ciencia?
Según la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), los principios activos seleccionados en nuestro complejo PHYSIOMANCE® Osteo Gold están reconocidos por ofrecer los siguientes beneficios:
- Ayudar a mantener una estructura ósea normal (Calcio)
- Preservar la densidad y la resistencia óseas (Calcio)
- Mantienen una estructura ósea óptima (Magnesio)
- Contribuyen a la absorción normal de calcio y fósforo (Vitamina D3)
- Ayudar a mantener la estructura ósea normal (Vitamina D3 y K2)
- Ayudar a reducir la pérdida de densidad mineral ósea en mujeres posmenopáusicas (Vitamina D3).
Lactobacillus reuteri LR92 es objeto de numerosas investigaciones científicas y su mecanismo de acción biológico está ampliamente documentado en la literatura. Numerosos estudios han puesto de manifiesto sus interesantes aplicaciones potenciales en materia de salud y prevención. Sin embargo, hasta la fecha, la legislación europea no ha validado ninguna declaración de propiedades saludables del Lactobacillus reuteri LR92. Aunque no se ha reconocido oficialmente ningún beneficio específico, esta cepa de probiótico suscita un interés creciente y abre perspectivas prometedoras que merecen ser exploradas.
Los puntos fuertes de PHYSIOMANCE® Osteo Gold

Acción en el eje Intestino-Hueso
La formación y la resorción óseas representan un equilibrio dinámico esencial para la salud de los huesos. Los osteoblastos, células especializadas, desempeñan un papel clave en la formación del hueso depositando la matriz ósea y favoreciendo su mineralización.
Por el contrario, los osteoclastos se encargan de romper el hueso viejo, un proceso conocido como resorción ósea, liberando calcio y fosfato al torrente sanguíneo. Este delicado equilibrio entre la formación (por los osteoblastos) y la resorción (por los osteoclastos) es esencial para mantener la resistencia, densidad e integridad del hueso. Sin embargo, los desequilibrios en este proceso pueden provocar patologías. Una resorción excesiva provoca afecciones como la osteoporosis o la fragilidad ósea, mientras que un exceso de formación puede causar una rigidez excesiva o un crecimiento óseo anormal.
La microbiota intestinal también desempeña un papel fundamental en la formación ósea, influyendo en la salud de los huesos a través de diversos mecanismos. En particular, interviene en la regulación de la absorción de nutrientes. Por ejemplo, una flora intestinal equilibrada favorece la solubilización y absorción del calcio, un mineral óseo clave, así como de la vitamina D. Además, algunas bacterias de la microbiota producen vitamina K2, esencial para activar las proteínas que intervienen en la mineralización ósea.
Calcissentiel®: Complejo micronutricional exclusivo
El calcio desempeña un papel fundamental en la mineralización y la estructura del esqueleto, y es el mineral más abundante en el organismo, representando entre el 1,5 y el 2% de nuestro peso corporal. Un buen estado del calcio es necesario para el funcionamiento normal del sistema nervioso, la función muscular y el mantenimiento de una estructura ósea normal1. A lo largo de la vida, la masa total de calcio tiende a disminuir, lo que está directamente relacionado con una pérdida de densidad ósea y se asocia a alteraciones de la microarquitectura que conducen a un mayor riesgo de fractura. La eficacia de la suplementación preventiva depende de la forma, por lo que Laboratoire THERASCIENCE ha desarrollado una sinergia exclusiva de tres formas orgánicas de calcio.
Fórmula registrada con el nombre de Calcissentiel®, se compone de tres formas de calcio seleccionadas por su alta biodisponibilidad y muy buena tolerancia: lactato, glicerofosfato y citrato, combinadas en una proporción óptima para garantizar la máxima eficacia.
El lactato de calcio es una muy buena fuente de calcio elemental, además de ser biodisponible y bien tolerado.
Se eligió el glicerofosfato de calcio por su alta solubilidad y la ventaja de su acoplamiento con el fósforo. La fase mineral del hueso está formada por hidroxiapatita [Ca10(PO4)6(OH)2] y la relación calcio/fósforo en el hueso es de 7:1. Los datos clínicos demuestran que el fósforo aumenta la retención de calcio y reduce su eliminación urinaria.2,3
Citrato tricálcico, conocido por su absorción óptima y su acción alcalinizante. Los citratos mantienen el equilibrio mineral-iónico y previenen la desmineralización ósea debida a la calciuria. Se ha demostrado que la ingesta de citratos reduce los marcadores de resorción ósea.4
Calcissentiel® es un complejo exclusivo de micronutrientes que, al combinar las mejores formas de calcio en una proporción óptima, asegura una buena absorción y disponibilidad, garantizando una buena tolerancia y una eficacia óptima.
Acción en el equilibrio ácido-base
La ingesta de citrato de magnesio desempeña un papel crucial en la regulación del equilibrio ácido-base del organismo, que está directamente relacionado con la pérdida de densidad ósea.
Una alimentación rica en proteínas animales y pobre en frutas y verduras puede provocar un exceso de ácidos en el organismo, alterando el equilibrio ácido-base y dando lugar a una acidosis metabólica leve pero crónica. Los citratos y los bicarbonatos actúan como bases capaces de neutralizar este exceso de acidez. Una vez metabolizados, los citratos producen iones de bicarbonato, que amortiguan los iones de hidrógeno (H⁺) y mantienen así un pH sanguíneo estable.
Además, estas sustancias desempeñan un papel decisivo en el mantenimiento de la salud ósea. En caso de acidosis, el organismo moviliza los huesos como reserva de bases para neutralizar la acidez, lo que provoca una pérdida de calcio óseo, debilitando así la estructura de los huesos y reduciendo su densidad. Aportando citratos y bicarbonatos en la alimentación, podemos neutralizar directamente los ácidos y evitar este proceso deletéreo. Los bicarbonatos, en particular, reducen la actividad de los osteoclastos, las células responsables de la resorción ósea, preservando así la masa ósea.
Por último, los citratos tienen un efecto positivo sobre los minerales esenciales para el hueso. Al mejorar la absorción intestinal del calcio, aumentan su biodisponibilidad. De este modo, favorecen eficazmente la formación ósea sin movilizar en exceso las reservas de calcio de los huesos.
Vitamina K2 en forma de MK7
Para garantizar una eficacia óptima respetando al máximo la naturalidad, hemos elegido una vitamina K2 totalmente natural, obtenida mediante un proceso de biofermentación específico y patentado. Este método nos permite ofrecer una vitamina 100% vegetal, apta para dietas veganas y exenta de cualquier alérgeno. El riguroso proceso de fabricación da como resultado una forma de vitamina K2 MK7 con un isomerismo denominado «trans», la única forma reconocida como biológicamente activa por el organismo.
Las vitaminas K se distinguen por la longitud variable de sus cadenas laterales, un factor decisivo en su eficacia biológica. Mientras que la vitamina K1 (filoquinona) tiene una cadena lateral fija, las diferentes formas de vitamina K2 (menaquinonas) tienen cadenas isoprenoides de longitud y saturación variables. Cuanto más larga es la cadena lateral, más eficaz es la acción biológica. Entre las formas de vitamina K2, la menaquinona-7 (MK7) destaca por su superioridad. Numerosos estudios clínicos han demostrado que la MK7 tiene una actividad biológica muy superior a la de otras formas de vitamina K, en particular la menaquinona-4, cuya cadena lateral más corta limita su eficacia.
Aunque la vitamina K1 es absorbida principalmente por el hígado, no está ampliamente disponible para los demás tejidos del organismo. En cambio, la vitamina K2 MK7, gracias a su estructura única, tiene una semivida prolongada. Esto significa que permanece activa en el torrente sanguíneo durante un período prolongado, lo que permite que sea utilizada más eficazmente por diversos órganos. A diferencia de la vitamina K1, que se elimina en 24 horas, la vitamina K2 MK7 permanece biodisponible hasta 72 horas después de su ingestión, lo que garantiza una absorción tres veces mayor. Además, la concentración sérica de menaquinona-7 después de una comida es unas 10 veces superior a la de la vitamina K1, y se mantiene en niveles elevados durante varios días. Esta propiedad contribuye a mejorar el estado general de la vitamina y a maximizar sus beneficios para el organismo.
Naturalidad garantizada
PHYSIOMANCE® Osteo Gold ha sido cuidadosamente formulado para satisfacer las necesidades específicas asociadas a la salud ósea, cumpliendo al mismo tiempo con altos estándares de naturalidad. Este suplemento contiene vitaminas D3 y K2 de origen natural, dos nutrientes esenciales para mantener una estructura ósea normal y regular el equilibrio del calcio. La vitamina D3 desempeña un papel clave en la absorción del calcio y el fósforo, mientras que la vitamina K2 ayuda a que estos minerales se fijen al hueso, contribuyendo a su fortaleza y resistencia.
Para garantizar una calidad óptima del polvo, PHYSIOMANCE® Osteo Gold incluye triglicéridos de cadena media (MCT) de origen vegetal, extraídos del aceite de coco. Además de actuar como antiaglomerante, estos MCT mejoran la estabilidad y la textura de las mezclas, al tiempo que aportan una solución natural y saludable a la formulación.
Por último, PHYSIOMANCE® Osteo Gold se distingue por su compromiso con la naturalidad e incorpora un aroma natural y un edulcorante de origen natural, garantizando una agradable experiencia gustativa sin el uso de aditivos artificiales. La ausencia de colorantes refleja una elección respetuosa con la salud y la pureza del producto, en perfecta consonancia con las expectativas de unos consumidores exigentes en términos de transparencia y calidad.
Sinergia de acción
El calcio, la vitamina K2 y la vitamina D3 forman una tríada esencial e interdependiente para mantener una buena salud ósea y cardiovascular. La vitamina D3, o colecalciferol, desempeña un papel central en el metabolismo del calcio al favorecer su absorción desde el intestino.
Actúa aumentando la expresión de los transportadores de calcio, lo que permite que el calcio entre en el torrente sanguíneo. Una vez en el torrente sanguíneo, la vitamina D3 contribuye a mantener niveles óptimos de calcio estimulando su reabsorción por los riñones y regulando su utilización en los huesos, donde puede liberarse o almacenarse en función de las necesidades del organismo.
La vitamina K2, por su parte, interviene en el control del depósito de calcio activando proteínas específicas. Por ejemplo, activa la osteocalcina, una proteína producida por los osteoblastos, que permite que el calcio se integre en la matriz ósea, reforzando así los huesos.
Además, la vitamina K2 activa la MGP (proteína Gla de la matriz), una proteína que impide la deposición de calcio en los tejidos blandos, como las arterias, reduciendo así el riesgo de calcificación vascular, un factor de la enfermedad cardiovascular. Estas dos vitaminas trabajan sinérgicamente para optimizar la eficacia del calcio. Mientras que la vitamina D3 aumenta los niveles de calcio en la sangre, la vitamina K2 asegura que este calcio se utilice adecuadamente y se dirija a los huesos. Sin vitamina K2, el calcio aportado por la vitamina D3 podría desviarse y depositarse en tejidos blandos o arterias, dando lugar a problemas de calcificación. La vitamina K2 garantiza que el calcio se utilice donde se necesita, al tiempo que previene depósitos no deseados.
Un desequilibrio en esta ingesta puede tener consecuencias. Por ejemplo, la suplementación de calcio y vitamina D3 sin una cantidad adecuada de vitamina K2 puede aumentar el riesgo de calcificación arterial y trastornos cardiovasculares. Por el contrario, una deficiencia de vitamina D3 puede limitar la absorción de calcio, incluso si los niveles de vitamina K2 son adecuados, lo que puede debilitar los huesos.
En resumen, el calcio es el componente básico de los huesos, la vitamina D3 aumenta su absorción y disponibilidad en la sangre y la vitamina K2 actúa como un regulador que dirige el calcio a los huesos evitando su acumulación en lugares no deseados como las arterias. Por tanto, una combinación equilibrada de estos tres elementos es esencial para preservar la salud de los huesos y del sistema cardiovascular.